Casi 50 mil pacientes de cáncer se han tratado con veneno de alacrán azul -Escozul- desde que Misael Bordier y José Ramón Rodríguez Alonso empezaron a investigar su capacidad curativa en la Facultad Médica de Guantánamo, Cuba. Los resultados son favorables en pacientes vírgenes (que no se han sometido a tratamientos oncológicos), pero mejores en pacientes que muestran inflamaciones pélvicas o prostáticas, que pueden ser preámbulo del mal. "El cáncer avisa -dice Bordier-, pero no le hacemos caso".
El biólogo relata que sus trabajos se iniciaron "a partir de 1980, cuando comencé a pensar en una investigación contra el cáncer. Trabajando en un centro de Higiene de Epidemiología, adonde tuve que acudir para ayudar a eliminar una epidemia de paludismo en el centro de Cuba, fue donde encontré ese alacrán. Estaba debajo de una tumba. Me llamó la atención; recolecté varios y empecé a observarlos. "Primero probamos los efectos en ratones y luego en perros con tumoraciones naturales, comprobadas por biopsia y análisis de sangre, inmunológicos y otros bioquímicos. Con las pruebas veíamos cómo esos tumores iban en proceso de reducción. En las comprobaciones y el análisis bioquímicos se podía ver cómo se iban estabilizando los parámetros en los animales. Ahí es cuando empezamos a comprender realmente que el veneno tenía un efecto antitumoral''.
Los especialistas omiten los tecnicismos médicos cuando hablan acerca del animal con que trabajan:
"Los mantenemos en cajas, donde preparamos una tierra húmeda, en la que se alimentan con insectos. Se reproducen por medio de apareamiento. Una hembra pare alrededor de 35 a 70 animalitos. En verano su reproducción es más rápida que durante el invierno. Pueden dar veneno desde jóvenes, pero no se debe explotar al animal de una forma abusiva. Ya a partir del año, comenzamos la extracción del veneno del alacrán cada 20 días aproximadamente. Un alacrán dura dos años y medio en promedio. Es bueno recalcar que el escorpión no se mata para extraer su veneno, éste se obtiene mediante estimulación eléctrica y luego el animal se integra al medio ambiente.
''Necesitan una temperatura normal, pero a diferencia de otros alacranes que habitan en zonas desérticas, secas, este es de zona húmeda. En nuestro país se localiza en las montañas, donde se conserva una humedad relativa todo el año y un clima tropical templado. Son abundantes en la parte central, en la Ciénega de Zapata, que es una zona de bastante húmeda. Tal vez estas sean una de las diferencias fundamentales en cuanto al medio natural donde se desarrolla este escorpión.
"Creemos que este insecto es único de Cuba, aunque se ha reportado algún tipo de //rophalurus junceus// en Haití o República Dominicana, pero no la variedad en la cual nosotros estudiamos. Realmente es parte del patrimonio nacional de Cuba. Es un animal endémico de nuestro país''.
Respecto de la etapa en la que se encuentra su descubrimiento, comenta: "Nosotros vencimos las etapas de estudio toxicológico y estudios en animales de laboratorio. Ahora estamos en la etapa de ensayo clínico fase uno, o sea, preliminar. Ésa es la etapa que tenemos como producto natural, alternativo. Por la otra vía, el veneno está siendo objeto de estudios bioquímicos para determinar la presencia de otros principios activos que se pudieran sintetizar por ingeniería genética o biotecnología. De esta forma se podría obtener un producto muy similar al natural, con funciones sobre el cáncer u otras enfermedades. Y precisamente esa es una de las razones por las que nos encontramos en México, para este trabajo con el Instituto de Biotecnología.
''Profesores de Nueva York se acercaron a nosotros con intenciones de establecer vínculos de cooperación y colaboración. Pero por razones de índole si se quiere político no fructificó esta gestión. Es bueno señalar que instituciones españolas han colaborado en algunos exámenes que se han hecho sobre funciones básicas del veneno del alacrán, y lo han hecho de forma totalmente desinteresada''.
Alrededor de 300 mexicanos se han beneficiado del medicamento descubierto en Cuba para combatir el cáncer y con el proyecto de investigación para sintetizar la sustancia obtenida del veneno del alacrán azul, conocido como Escozul. El beneficio será para todo el mundo.
El investigador cubano Misael Bordier afirma que la salud y la medicina deben llegar a todos, sobre todo a quienes no tienen los recursos económicos suficientes. Por eso, apunta, "nosotros no le hemos puesto precio al medicamento. Nadie puede decir que le costó alguna cantidad de dinero".
Entrevistado en el contexto del Congreso Internacional de Medicina Tradicional y Alternativas Terapéuticas, el académico asegura que continuará la producción del fármaco para beneficio del mundo, no sólo de Cuba. Para ello, iniciará un trabajo conjunto con el Instituto de Biotecnología de la UNAM. Buscarán la síntesis del medicamento y la posibilidad de producirlo a gran escala, como ocurrió en su momento con la penicilina. El investigador calculó que en un plazo de seis meses a un año se tendrán los primeros resultados de esa investigación.
Actualmente, el medicamento de Bordier y su compañero José Ramón Rodríguez Alonso es un líquido que el paciente toma durante dos años en diferentes dosis, de acuerdo con el grado de avance del tumor. Incluso se puede aplicar en crema si el problema está en la piel, en aerosol si se trata de aliviar los pulmones, o como lavados vaginales si se trata de un cáncer cérvico uterino.
-¿Porqué se da la colaboración con la UNAM?
-Fue ese centro el que nos invitó luego de que conocieron nuestra investigación. Si México nos invita, aquí estamos.
Pero además, asegura el investigador, "no abandonaré a los mexicanos; aunque yo me regrese a mi país dejaré ya una persona responsable de contactarnos con los enfermos que soliciten nuestra ayuda''.
Desde que el 19 de septiembre de 1995 Bordier obtuvo la patente del medicamento, se ha dedicado a distribuirlo a todas las personas que se lo han pedido. "A veces ni siquiera conozco a los pacientes, como ahora que estoy acá ya he tenido contacto con varios de ellos y están muy bien".
A cambio del medicamento entregado, los investigadores sólo reciben donaciones, con las que pueden ayudar a los enfermos de escasos recursos, como es el caso de un grupo de niños colombianos que viven en instituciones de asistencia social.
Artículo de Clara Huacuja Rountree . Extraido de: http://www.lainsignia.org Melan
No hay comentarios:
Publicar un comentario